Los alumnos de la Facultad de Medicina de Sevilla reflexionan sobre las razones y las emociones que los motivan para estudiar medicina. Se invita a participar en el mismo a estudiantes de otras Facultades de Medicina u otras personas interesadas en participar en el mismo con sus comentarios (Students of the Faculty of Medicine of Seville reflect on the reasons and emotions that motivate them to study medicine. Are invited to participate in the students from other medical schools or other interested persons to participate in it with your comments). (Pablo Bonal Pitz).

Poder ofrecer apoyo, ayuda, consuelo y dar esperanza a nuestros pacientes

Resulta muy complicado explicar los motivos por los que me decidí a estudiar medicina, a pesar de que siempre he tenido muy claro que no podría dedicarme a otra cosa. Desde bien pequeña a la pregunta “¿qué quieres ser de mayor?” siempre respondía “yo, médico”, a lo cual mi madre siempre apuntaba: “pues como no estudies vas a ser la que reparte los números”. Razón no le faltaba.

Ahora, a punto de terminar la licenciatura, y a pesar de estar cada año más desilusionada con la carrera en general, sigo teniendo claro que no podría dedicarme a otra cosa que no fuera la medicina. Más que un trabajo considero un regalo poder ayudar a las personas.
Poder ofrecer apoyo, ayuda, consuelo y dar esperanza a nuestros pacientes es el principal motivo que me empujó, a lo que sin duda se le suma el conocimiento que requiere. Existen mil formas de ayudar a los demás, sin duda, pero hacerlo desde la ciencia y la comprensión de la técnica, la investigación y el continuo reciclaje para ser competentes fue lo que terminó de convencerme. La dificultad, para ser sincera. Me gustar sentir que soy o seré capaz de hacer algo que no todo el mundo podría hacer, porque lo he luchado y me lo he  ganado a pulso, compitiendo con los mejores estudiantes para llegar donde sea que lleguemos.
A medida que se acerca el final (de la carrera) todo el mundo quiere saber por cual especialidad me decantaré. Aun no lo tengo claro. Lo que sí sé, es qué clase de médico NO quiero ser. Da igual que seamos microbiólogos, cirujanos, otorrinos o médicos de familia, considero que es importante que seamos profesionales competentes, y no solo eso, que no seamos esa clase de médicos que vemos en demasiadas ocasiones en las prácticas, que no mira  los pacientes a los ojos, que no saben ni como se llaman, y que están deseando “echar el cierre”.
Decidimos estudiar medicina por muchos motivos, pero ahora que ya casi terminamos, espero que seamos todos consecuentes de lo que ello conlleva, pues de nosotros dependerá algo tan importante como la salud y la vida de las personas.
Alumna de 6º curso de Medicina del Hospital Universitario de Valme. Sevilla.

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