En estos momentos no tengo ninguna duda de que acerté en mi
decisión. Sin embargo no siempre tuve claro que esta fuese la profesión a la
que dedicar toda mi vida. Desde pequeña siempre pensé que lo mío era la veterinaria.
Me encantaban, y me encantan los animales, y que mejor forma que emplear mi
vida a curarlos y cuidar de ellos. Pero a medida que se acercaba la
selectividad comencé a plantearme otras carreras en las que no había pensado
antes, de hecho me planteé seriamente la idea de estudiar Bellas Artes, puesto
que me apasiona la pintura y todo el mundo del arte. Hasta que en un momento
dado la idea de estudiar Medicina inundó toda mi mente. Quizás la “culpable”
fuese mi madre, puesto que es la carrera que a ella le hubiese gustado estudiar
y sin embargo acabó decantándose por la farmacia. Entre sus muchos argumentos
por lo que sería fantástico estudiar Medicina, añadió “podrás dedicar tu vida a
ayudar a la gente en el momento que más lo necesita”, lo cierto es que nunca lo
había pensado de esa forma, y a partir de ese momento cada vez iba teniendo más
claro que esta era la profesión a la que me quería dedicar.
Tras obtener el resultado del examen ya no tenía dudas de que
esa era la carrera que quería estudiar, de hecho, en la prematrícula rellené
casi todos los casilleros con la carrera de Medicina en cualquier parte de
España. Aún recuerdo el mensaje de texto que recibí en mi móvil: Enhorabuena,
ha sido aceptada en la facultad de Medicina de Sevilla. Fue increíble, salté
del sofá y comencé a llamar a toda mi familia.
Muchas personas, cuando les decía que iba a estudiar
Medicina me decían “¿Medicina? ¿6 años?
¡Qué de tiempo!”. Sin embargo, a día de hoy, que casi han pasado los seis años,
parece que fue ayer cuando fui a echar mi primera matrícula de Medicina en el
buzón de la facultad. Ese día, en el momento que me disponía a entregar la
matrícula, un estudiante que acababa de terminar la carrera me dijo en tono de
broma: “Vete, date la vuelta, aún estas a tiempo...”. Sin embargo, a
continuación añadió: “Es broma, no te arrepentirás”. Y lo cierto es que no lo
he hecho.
A lo largo de estos años nos han dado numerosas clases
teóricas acerca de todo lo que debemos saber sobre la Medicina, sin embargo, lo
realmente importante se aprende dando prácticas en el hospital. Es en el
hospital donde realmente se aprende la Medicina, es donde te das cuenta de la
importancia que tiene esta, de lo vital que es el médico en la vida de las
personas. Tras las innumerables prácticas que hemos hecho, nos hemos cruzados
con muchos médicos diferentes, con el amable y ameno, pero también con el
prepotente y autoritario, y siendo estudiante ves la situación de cerca y
puedes analizarlo con detenimiento; y sin lugar a dudas tengo claro qué tipo de
médico quiero ser.
Espero que con los años de trabajo cada día que pase vaya
siendo no sólo mejor médico, sino mejor persona. Pondré todo mi empeño en que
mis pacientes salgan de la consulta satisfechos, sintiendo que pueden contar
conmigo, que no sólo soy un trabajador que cobra por hacer un diagnóstico y
poner un tratamiento, sino que soy una persona en la que pueden confiar, con la
que pueden contar cuando más lo necesiten.
Porque, ¿quién no ha estado enfermo alguna vez?, cuando las
personas enferman sienten mil emociones y cada paciente de forma distinta,
pueden sentirse vulnerables, tristes, angustiados, furiosos... y el papel del
médico no es sólo poner en marcha nuestro cerebro para sacar a la luz todas las
definiciones, clasificaciones, criterios, tratamientos... aprendidos durante
los 6 años de carrera, sino que ha de ser capaz de conexionar con el paciente,
hacerse sentir cercanos y que sepan que pueden contar con nosotros en los
momentos más difíciles.
Por todo ello, y a pesar de que el camino ha sido muy duro y
sacrificado, cada día me siento más feliz y orgullosa de haber llegado hasta
aquí. Sin lugar a dudas, las largas horas de estudio, las clases y seminarios,
los apuntes interminables, todos los fines de semana sin salir, han valido la
pena si gracias a ello puedo dedicar el resto de mi vida a algo tan
gratificante como ayudar a todo aquel que me necesite.
Alumna de 6º de la facultad de Medicina de Sevilla
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