Los alumnos de la Facultad de Medicina de Sevilla reflexionan sobre las razones y las emociones que los motivan para estudiar medicina. Se invita a participar en el mismo a estudiantes de otras Facultades de Medicina u otras personas interesadas en participar en el mismo con sus comentarios (Students of the Faculty of Medicine of Seville reflect on the reasons and emotions that motivate them to study medicine. Are invited to participate in the students from other medical schools or other interested persons to participate in it with your comments). (Pablo Bonal Pitz).
¿Por qué estudio medicina?
Me resulta complicado contestar por las emociones que suscitan en mí esta pregunta y supongo que, hasta el final de lo que escribo, no seré capaz de expresar completamente lo que siento. Siempre tuve muy claro, cuando vislumbraba la cercanía del examen de Selectividad, que mi camino debía transcurrir por ese sendero. Sin embargo, tenía cierto miedo, infundado puedo decir, de lo dura que era la carrera, de las “escasas salidas” que me prometían,… de equivocarme, en definitiva, y más teniendo en cuenta que se abrían otras posibilidades en las que me prometían un futuro mejor. Sin embargo, mi historia ya me había afirmado en el corazón que mi camino era el que, felizmente, he seguido...
No soy persona que destaque en nada especialmente. Soy perfectamente consciente de mi pequeñez y disfruto sabiendo que cada oportunidad es un regalo que no merezco, pero que me ha sido concedido. Así he vivido ser el quinto de una familia de siete hermanos (¿por qué mis padres formarían una familia tan numerosa y no evitaron complicarse tanto la vida, brindándome la oportunidad de vivir?), enfermizo e incapaz de demostrar cualquier tipo de valía (en concreto con mi asma, que si bien me permitía, por ejemplo, correr y demostrar ser el más rápido de mi clase, me humillaba después al hacerme ver mi poca resistencia física y mis múltiples recaídas en la enfermedad), torpe aunque obstinado y trabajador (y así, a base de esforzarme, intentaba cubrir mis múltiples complejos),… y podría seguir definiendo mis múltiples carencias y los muchos dones y oportunidades que he recibido a cambio.
¿Por qué Medicina?
Porque he pasado por la enfermedad y la salud y todo eso ha merecido para mí la pena (y quien sufra por no poder ver que su vida es un regalo –acaso por enfermedad-, merece ser ayudado). Porque vivo y soy feliz. Porque la vida me colocó a solas un día (¡Bendito día!) al lado de la cama de mi abuelo degradado por el Alzheimer y cogió mi mano sin reconocerme… y ese momento, que hizo rodar una lágrima por mi mejilla y rompió un cristal en mi interior, me mostraba que la vida tenía reservado ese regalo para mí, y que me estaba llamando a atender urgentemente el grito que no salía de su garganta, pero que me hablaba claramente:
“Samuel…pequeño…abre tu regalo y atiende a los que sufren. Sé, a pesar de tus limitaciones, el primer médico de esta familia y un espejo que muestre la belleza de tu existencia y de la de todos aquellos a los que, algún día, humildemente servirás”.
Es mi herencia.

Samuel García Moreno
Hospital Universitario de Valme

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